¿A que tú también lo has hecho? ¿Nunca has mirado tu sombra y le has hecho una foto saludando? Incluso habrás puesto poses inverosímiles para que tu sombra quedara más graciosa o para que se te viera más esbelto. ¡Mira que largas se ven mis piernas! ¡Uy que cabezón se te ve a ti! Será que aún conservamos dentro un poco del Peter Pan de todo niño e igual que él la llevamos cosida. A todos nos encanta nuestra sombra, ¡es una realidad!
Pues el caso es que viendo alguna foto en redes me animé a intentar retratar mi sombra de una manera más formal. ¡Vaya reto! LOL… ¿Qué necesitas para proyectar una sombra? Pues obviamente una luz, y si recordamos uno de los principios básicos de la fotografía no tendrémos que rebuscar demasiado. Solo hace falta que tenga una potencia media y sobre todo debe ser un punto de luz pequeño.
Yo uso a menudo en mis incursiones nocturnas este tipo de frontal y linterna. También las usé en esta ocasión.
En proporción al objeto a fotografiar, cuanto más pequeño es el punto de luz más dura se considerará esa luz y la sombra también será dura, contrastada… Una linterna bastará. Si piensas en la sombra recortada que proyectamos a la luz del sol lo entenderás. El sol puede ser enorme y es muy potente, pero a la distancia que está da la sensación de ser un punto de luz de tamaño diminuto. Si utilizásemos la luz de un softbox grande o una ventana de luz que en relación a nosotros fuese mayor, proyectaríamos una sombra mucho más suave, de contorno menos delimitado.
Dicho y hecho… solo tuve que sostener una de mis linternas en un trípode enfocándome y colocarlo a una distancia suciente para que la sombra tuviera una relación de tamaño interesante. Si la pones muy cerca agrandas la sombra y si la alejas va reduciéndose….fácil. Monté el disparador remoto para no estar dando paseos y conecté la cámara a lightroom para ir viendo el efecto de cada imagen sobre la marcha. Con esto te evitas un montón de paseos a la cámara para hacer comprobaciones. También puedes abusar de un@ amig@, seguro que te echas unas risas. Además el retoque de estas fotos es bastante sencillo. Sólo hay que incrementar el contraste entre luces y sombras. Sube las iluminaciones y blancos y baja las sombras y negros. ¡Hecho!
En un periquete fotos realizadas con más o menos éxito. Para una primera vez han quedado resultonas y muy misteriosas, listas para usar en el perfil de tus redes o el mismísimo Whastapp.
Pues como lo oyes, sí, la distancia focal que uses en tus fotos importa y mucho. Distancia focal: Es la distancia que hay entre el diafragma del objetivo y el sensor de la cámara y plano de imagen. Traduciendo esto quiere decir que hay objetivos con una distancia focal única, los objetivos comúnmente llamados fijos. Y hay otros, con una distancia focal variable, es decir, disponen de un rango (rango focal) que comprende varias distancias focales. Estos son los objetivos zoom. Una distancia focal reducida nos permite visualizar un mayor ángulo de visión y un objetivo de mayor distancia focal nos hará un recorte mayor de la escena a fotografiar que tenemos delante, tendremos menos ángulo de visión. Ese factor de recorte es el que nos aportará esa sensación de acercamiento al sujeto tanto si tu sensor es micro 4/3, apsc, formato completo, etc, etc, pero complica un poco nuestra percepción de qué distancia focal y ángulo de visión estamos usando realmente al tener que traducirla al estándar que tomamos de referencia (normalmente el llamado formato completo de 35mm). Para micro4/3 deberemos multiplicar los mm de esa supuesta distancia focal por 2 aprox. y si es apsc por 1’5 aprox. dependiendo de la marca de la cámara. Doy por hecho que esta característica de los objetivos la habremos asimilado ya en nuestros primeros pasos en la fotografía. La dificultad consiste en acertar a usar la distancia focal correcta en relación al tipo de fotografía que estemos realizando y la madurez y experiencia del fotógrafo aquí se notan. No es lo mismo hacer una única foto de un bodegón, en el que nos interesa que todos los elementos estén en foco, con un objetivo que con otro salvo que recurramos a otras técnicas más elaboradas de enfoque. Por lo tanto, en el caso del bodegón quizá nos interese utilizar un objetivo más angular o jugar bien con las distancias respecto al sujeto al hacer la foto. El inconveniente que suele mostrar este tipo de objetivos es las deformaciones tipo barril en la imagen pero en el caso de un sujeto o grupo de ellos en los que las líneas o proporciones permitan cierto juego de interpretación o no den «el cante» no es trascendental.
La distancia al sujeto es primordial para la profundidad de campo. Ejemplo:
16mm a 2 metros
Image 1 De 3
Con un 16mm a 2 metros todo se ve aparentemente dentro de foco
Como deberíamos saber, la distancia al sujeto es el principal parámetro para tener mayor o menor campo de enfoque (margen de distancia en la que los elementos de la fotografía estarán decentemente enfocados). Cuanto más cerca estemos del sujeto menos campo de enfoque abarcaremos, incluso cerrando mucho el diafragma. El segundo parámetro que afecta al campo de enfoque es la distancia focal que empleemos, de ahí su importancia. Un objetivo 35mm (angular) obtendrá una superficie mayor enfocada que un objetivo 100mm por ejemplo. A más distancia focal , menos campo de enfoque.
A igual distancia al motivo, la focal afecta al campo de enfoque
Image 1 De 3
70mm Con esa focal se nota el corto campo de enfoque
Y por último, el tercer parámetro que influye en el campo de enfoque es el diafragma aunque paradójicamente la gente piense lo contrario e intentan conseguir un gran efecto de desenfoque trasero forzando o tirando más de una gran apertura de diafragma que de los otros dos parámetros nombrados antes. Esto es uno los mayores pilares de la fotografía de retrato y si nos centramos en esta categoría también tendremos que tener en cuenta esa distancia focal en cuanto a la deformación que producen una u otra. Cada distancia focal o longitud focal de cada objetivo nos producirá una percepción distinta de los rasgos de nuestro modelo. Ensanchará, estirará o presentará más plano el rostro del retratado dependiendo de nuestra elección. Los objetivos angulares suelen resaltar o ampliar los objetos más cercanos con respecto a los lejanos, separan los planos. Los elementos lejanos se verán más pequeños y separados. Por el contrario, los teleobjetivos u objetivos de gran distancia focal comprimen los planos de tal forma que los distintos elementos que aparecen en la imagen dan la sensación de estar más juntos entre sí. En la práctica un angular al hacer un retrato de encuadre cerrado(medio cuerpo, solo el rostro…) hará que la cara se distorsione agrandando la nariz y achicando las orejas. Conforme vayamos aumentando la distancia focal para un mismo motivo variará la deformación visual y la sensación de proximidad respecto al fondo.
Pongamos un ejemplo con mi amigo y fotógrafo Paco Benavente. Hay que decir que el achinado de sus ojos se debe a la gran luminosidad del lugar donde charlábamos. Comenzamos hablando de otros temas y terminé aprovechando la ocasión para aportar material a esta entrada.
Al usar un teleobjetivo con objetos más alejados dará la sensación de cercanía con el fondo y el resto de elementos aplanando el conjunto. Así que ¡ojo! a qué focal usáis sobre todo en retrato. Podríais estar exagerando atributos del modelo que no os interese realzar o… quizá si. Por último, tened en cuenta que cuanto mayor sea la focal mayor sensación de rapidez de movimiento tendrá el motivo a fotografiar si este no es estático, y si lo es, puede que nos interese usar trípode para evitar la trepidación por este mismo motivo. A misma distancia con respecto al sujeto conforme aumentemos focal deberemos aumentar rapidez de disparo para evitar imágenes trepidadas o movidas. Una norma a seguir suele ser la de no disparar a menos velocidad de (1/focal usada) tal manera que para un objetivo 35 mm podríamos disparar a 1/35 con buen resultado pero para un 200 mm ni se nos ocurra hacerlo por debajo de 1/200 salvo que confiemos mucho en nuestro pulso o la suerte.
Mejor dejar la entrada aquí porque es una información un poco densa para verla toda de golpe. Quizá sea más ilustrativo ver cada concepto por separado en futuras entradas con más ejemplos prácticos.
¿Te ha ocurrido que cuando pasas la foto de tu cámara al dispositivo de retoque y posteriormente la visualizas en otro dispositivo o la imprimes, no ves la misma foto? Prueba a usar el Perfil de Color que más se amolde a tus fines. El perfil de color o espacio de color es simplemente un sistema de interpretación del mismo, la manera de organizar y mostrar el espectro visible de la luz. Cada uno de ellos pinta los pixeles de la imagen de forma distinta. Cada perfil toma como base unos colores primarios, los cuales mezcla a su manera. Según qué colores primarios tomen tendremos los siguientes Modos de Color:
Modos de color en Photoshop
–RGB: Rojo, verde y azul. El más usado por televisores, monitores, cámaras, etc. –CMYK: Cian, magenta, amarillo y negro. El más usado por dispositivos que usan tinta. Trabaja con los colores complementarios al anterior modo. –Color Lab: Independiente del dispositivo, asegura una conversión fiel a los colores que percibe el ojo humano. Dispone de tres canales: Luminosidad, A y B.
Los perfiles de color más usados por nuestros programas de edición habituales son : –sRGB: Trabaja con una gama muy reducida de colores. Es el estándar de Internet. –Adobe RGB(1998): Tiene una gama mucho mayor de colores, es el más utilizado. Con él se suelen editar imágenes para su posterior impresión, pasando antes por la conversión a CMYK. –Prophoto RGB: Es el más actual. Abarca colores que incluso el ojo humano es incapaz de ver. Una información tan basta de color puede hasta complicarnos la edición. Es el perfil en el que trabaja de base Lightroom. En cámara esto solo tendremos que tenerlo en cuenta si disparamos en Jpeg porque si lo hacemos en RAW será indiferente al necesitar abrirlo en un programa de edición posteriormente. La pantalla de nuestra cámara no muestra el RAW como tal, solo muestra una representación en jpg de esa imagen con los matices y parámetros propios de la marca.
Perfiles de color en Photoshop
Muchos creerán que lo más necesario es un buen calibrado de monitor. Pero si bien es importante para que la imagen sea lo más fiel a la realidad, no podemos olvidar el procesado en nuestros dispositivos de edición dependiendo del soporte donde vayamos a presentarlo. Nuestras pantallas tienen un gran rango dinámico y siempre que pasemos una foto a papel, que tiene mucho menos rango, perderemos contraste. Se sacrificarán zonas de brillos( altas luces), zonas de sombras o las dos. Por lo tanto al trabajar la foto no deberemos exceder el rango dinámico que tiene el papel. Podríamos destrozar el cielo de un paisaje o perder los detalles de una zona oscura. Hemos de saber que los negros en pantalla los representa la ausencia de luz y en papel por el contrario tienen que pintarse. Como cualquier laboratorio de impresión que use un perfil de color en particular no tendrá objeción en decírnoslo o incluso pasárnoslo, hemos de aprovecharlo y usarlo cuando convenga. Un ejemplo podría ser la empresa online SAAL Digital, que nos ofrece infinidad de servicios de impresión de gran calidad en distintos soportes y para el caso del papel nos permiten descargar los perfiles adecuados que más se ajusten a nuestro fin.
Productos a la carta en Saal Digital. Cada laboratorio ofrece distintos servicios.
Nuestro trabajo lo realizaríamos con el gamut más amplio que nos interese y una vez finalizados los ajustes y edición podremos convertir al perfil de salida, que puede ser más escaso de información pero nunca al contrario, nunca convertiremos a un perfil más completo. En ese caso tendría que inventarse información. De ahí que en nuestra edición lo primero que podríamos hacer es asignar a nuestra imagen, que estaba tomada con el espacio de color más amplio que permite nuestra cámara, el espacio de color final que nos interese. Y decimos asignar que no convertir, porque de esa forma el programa de edición nos irá mostrando como se verá el resultado final pero trabajando con toda la información del perfil inicial. Una vez finalizado el retoque convertiremos la imagen como último paso. Si convirtiéramos la imagen antes de la edición trabajaríamos con menos datos, con menos información, no hay necesidad de restar ese plus de calidad al trabajar. Ocurre exactamente igual si nuestra finalidad es hacer una impresión en CMYK. Convertiremos la imagen a CMYK sólo después de haber hecho la edición con el espacio previamente asignado.
Métodos de conversión en Photoshop
Para enrevesar aún más la cosa la conversión podremos realizarla con varios métodos de conversión que pueden ser el colorimétrico relativo, el absoluto o el perceptual.
-El relativo: Todos los colores originales que no puede reproducir son reemplazados por el color más próximo y jugando con la saturación. Todos los demás colores no cambian. Se pierden tonos y matices haciendo la imagen más plana. Se suele usar para fines de impresión ya que deja de lado el punto blanco de la imagen captada teniendo en cuenta que adquirirá el blanco del soporte papel. -El absoluto: Es bueno cuando se requieren colores precisos. Si el color no es igual, entonces busca el mas cercano para que iguale. Omite los colores fuera de rango pero intenta igualarlos jugando con el brillo. Es similar al Relativo, con la diferencia que preserva el punto blanco a través de la conversión y no se ajusta por el blanco del papel. Por esto, las áreas blancas pueden resultar amarillentas o azuladas, ya que la impresora intenta emular el punto blanco del perfil de entrada. Este ajuste proporciona la máxima precisión al convertir colores RGB a CMYK, incluido el blanco de origen. -El perceptual: En este modo se intenta mantener todos los matices del color, por lo que imprimirá todos los tonos pero perdiendo saturación dentro del límite del espacio de destino. Los intenta encajar dentro del rango de destino. Los colores cambiarán pero no tendremos una situación tan plana como la del colorimétrico relativo. Va muy bien por ejemplo para pasar de espacios muy amplios a otros más escasos. Ejemp.- De ProphotoRGB a sRGB.
Si vuestro proyecto va enfocado a la visualización web exclusivamente tened cuidado con la gestión de algunos alojamientos fotográficos que suelen hacer compresiones muy bestias en las imágenes modificando los perfiles que tuviéramos asignados pudiendo distar mucho del acabado que tuvieran. Del mismo modo algunos navegadores aplican cambios de perfil a su antojo o directamente los obvian. Mejor incrustar pues el perfil sRGB para que no tengan lugar a dudas. Los navegadores que suelen portarse mejor en esa gestión del color suelen ser Firefox y Safari.
Es una información densa y todo parece muy lioso en un primer momento pero si hacemos nuestro este flujo de trabajo lograremos un resultado más profesional. La imagen que tendremos ante nuestros ojos será la que debía ser, la más fiel a la original.
Pasear por la ribera de un río o junto al mar, ya sea por la orilla, por un acantilado o un saliente rocoso donde las aguas juegan en su continuo vaivén, el constante goteo de una fuente, una superficie repleta de gotitas tras la tormenta, la tormenta en sí. Todo ello nos puede llevar a un estado de absoluta relajación y conexión con el entorno. El agua va y viene, nunca se detiene, guarda cierta similitud con la vida de las personas. De tal manera nos encontramos ríos alegres de aguas rápidas y catarinas, aguas de mar embravecida, aguas que saltan al vacío de manera imprudente y hasta aguas tristemente estancadas privadas de su libertad. Desde el punto de vista fotográfico cualquiera de ellas nos va a proporcionar un inagotable «chorro» de escenas en las que demostrar nuestra técnica y plasmar con ella las sensaciones que nos aportó ese momento. Para ello tenemos varias herramientas de las que hacer uso. En cámara podemos jugar con parámetros como: -El balance de blancos, es interesante modificarlo si queremos restarle la sensación de frialdad que suele haber en parajes húmedos con tonos azulados y pálidos grisáceos o todo lo contrario en zonas soleadas cargadas de amarillos y naranjas máxime si es en momentos del mediodía.
Imagen a WB 7600 k. Con ello se incrementó el ambiente del atardecer.
-La profundidad de campo, dejando fuera de foco elementos que nos sobren en la composición o resaltando más los detalles del sujeto principal. Pero ojo, todo tiene su coste, esto redundará en una variación en los tiempos de exposición. A más profundidad de campo, más tiempo de exposición. Intentaremos no excedernos para evitar así efectos como la difracción. -El tiempo de exposición, del que hablaremos un poco más abajo.
Podemos centrarnos en un detalle caprichoso concreto o hacer una foto muy angular para capturar el máximo de escena posible. En situaciones así hasta un flare queda de maravilla sin abusar de ese efecto aportándole un toque cinematográfico, sólo hay que dejar que la luz del sol o una artificial entren en la lente de manera más directa. -La altura de la toma también dará otro sentido a la imagen, una toma cenital desde un acantilado nos hará sentir como pájaros que no sufren de vértigo.
Herramientas extra como filtros polarizadores, filtros de densidad neutra (ND), flashes o un trípode medianamente estable son a veces necesarios y cuando menos recomendables para conseguir el efecto deseado. No es igual capturar una gota perfectamente suspendida en el aire que realizar una sábana o seda dándole ese toque irreal, transformar el agua en cristal limpio o dejar que adquiera un aspecto gelatinoso. Sin lugar a dudas el factor más determinante es el tiempo de exposición donde convergen la mayoría del resto de factores. Al usar flash conseguiremos un brillo extra y y congelaremos la imagen con más facilidad ya que no forzaremos la velocidad. Sin él, para un movimiento del motivo no demasiado fuerte, con velocidades entre 1/125s – 1/250s habremos detenido más que correctamente la escena. Si por el contrario nos encanta el efecto seda, tenemos un abanico enorme de posibilidades. Si queremos suavidad mi recomendación es usar velocidades de 15 segundos en adelante incluso a llegar al modo BULB para efectos extremos. De ahí que dependiendo de la hora del día y las condiciones lumínicas se haga necesario el uso de filtros que «apaguen» la luz ambiente y nos ayuden a alargar la toma. Yo personalmente suelo usar un filtro Hoya ProND 1000 que resta 10 pasos de luz y disparo a 30 s. El efecto es ya bastante acusado. Cualquier salto de agua por pequeño que sea lo habrás convertido en seda.
Imagen tomada a 30 s de exposición.
Con un filtro polarizador se pueden conseguir muy buenos resultados pero resta mucha menos luz. Sin embargo tiene una posible ventaja según nuestros fines y es que al quitar los reflejos del agua podremos ver el fondo de una manera bastante clara. Eso en superficies no muy movidas, claro, aguas relativamente tranquilas.
Imagen tomada a 25 s y WB 5600 k con polarizador circular con el que se restó parte del reflejo del cielo pudiendo apreciar mejor el fondo del lago .
Veamos un ejemplo de cómo varía una foto en relación al tiempo de exposición.
Imagen tomada a 1/2000 sImagen tomada a 1/8 sFuente de los 100 caños. El agua salía tan rápido que no hizo falta trípode ni filtro ND.
Con velocidades no demasiado lentas pero a su vez nada rápidas lo que conseguiremos es incrementar la sensación de movimiento y eso, en una zona de aguas turbulentas es fantástico para darle un toque de dramatismo a la foto. Cada foto pintará un trazo y ese cúmulo de trazos pintará un cuadro precioso.
Como se puede apreciar en esta secuencia del mismo motivo, en la primera el mar se ha convertido en una nube blanca al durar 30 segundos la exposición, en la segunda a 2 segundos ya se aprecia cierto movimiento en las olas, pero en la tercera se ha ganado dramatismo y las pinceladas de las olas presentan un cuadro mucho más atractivo. No siempre hay que hacer una foto que dure una eternidad para conseguir el mejor resultado. Sólo se trata, como siempre, de experimentar y disfrutar de la fotografía.
En esto de la fotografía a muchos nos gusta tocar todos los palos, hacer nuestras incursiones de manera autodidacta en varios apartados. Y como todo en la vida, los hay más y menos divertidos.
De estos primeros se me ocurrió de manera fortuita hacer una prueba este fin de semana. En concreto me refiero a «los gifs animados», los cuales inundan las redes, normalmente con poca calidad, imagino que por evitar peso y que sean rápidos de cargar en una página. Como era por el mero gusto personal de probar, lo hice con una calidad intermedia-decente para evaluar el peso del archivo.
Como bien sabéis están formados por una consecución de fotogramas que se reproducen el número de veces que le indiquemos al montarlo y con una velocidad determinada que también hemos de decidir. Hay que tener en cuenta que si la acción que fotografiemos es muy rápida la ráfaga deberá ser rápida también al capturarla para así tener algo más de margen en cuanto a tiempos de reproducción, de manera que la podamos hacer más fluida y sin saltos bruscos que afeen el resultado final. Actualmente es raro que una cámara de gama media no llegue a los 6 disparos por segundo con lo cual el resultado debería ser más que correcto. Incluso podríamos duplicar varios fotogramas de manera que estirásemos la acción del gif o al contrario, quitar alguno y acortarlo. Yo para mis pruebas hice una serie cada vez que rondara las 15 fotos en ráfaga para que no llegara nunca a colapsar el búfer o la velocidad de grabación de la tarjeta y así no perder fotogramas. Algo pequeñito y resultón.
Ya en casa, desde Lightroom lancé Photoshop abriendo cada foto en una capa del mismo documento. Primero hay que alinearlas y recortarlas para que todo se vea sin movimientos y espacios vacíos en los filos de la imagen. Para ello en el menú edición de Photoshop pulsaremos «Alinear capas automáticamente». Cuando acabe deberemos introducirlas en la línea de tiempo (esta la haremos visible desde el menú Ventana de Photoshop). Para ello seleccionaremos todas las capas y pulsaremos el botón «Crear animación de cuadros» dentro del espacio de la ventana de la línea de tiempo. Veremos aparecer el primer cuadro de la animación. Para que aparezca el resto de los cuadros de la animación iremos a la esquina superior derecha de la ventana de la línea de tiempo y pulsaremos el icono de las rayitas y del menú que se despliega pincharemos «Crear cuadros a partir de capas», con ello se verán el resto de cuadros asociados a cada capa. Ahora en la esquina inferior izquierda de la ventana de la línea de tiempo seleccionaremos si queremos que se reproduzca una sola vez o si queremos que lo haga indefinidamente, y de igual manera podremos indicar qué tiempo haremos visible cada cuadro de la animación. Aquí yo opté por dar 0,1s de velocidad entre uno y otro fotograma. Comprobaremos la fluidez de la animación y si estamos convencidos del resultado le daremos a exportar para web en el menú de Photoshop seleccionando el formato de imagen GIF pudiendo reducir aquí la calidad y tamaño del archivo.
Para esta prueba pensé que una fuente podría ser el motivo perfecto, con un montón de gotas que resbalan y caen de manera harmoniosa pero impredecible. ¿A quién no le gusta ver caer el agua de una fuente? Los gifs resultantes me parecieron interesantes y si bien no son perfectos tampoco lo perseguía. Sólo se trataba de disfrutar una vez más haciendo fotos y experimentar algo que no había hecho antes.
Curioso resultado… haré más.
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