


A día de hoy sigue siendo necesario salir a la calle y defender los derechos más esenciales. Inconcebiblemente hay que seguir manifestando y denunciando el miedo físico y psíquico al que muchas mujeres son sometidas. Cualquier mujer debería bajar de un autobús y caminar hasta su casa sin tener que mirar si un deprabado las sigue con malas intenciones. Cualquier mujer debería tener capacidad para decidir en qué ocupar su tiempo y su vida y no verse condenada a vivir en la sombra o atada a los convencionalismos sociales de antaño siendo una esclava del hogar.
Se podrían enumerar muchísimas situaciones familiares, laborales y de otras índoles pero ya las conocemos o nos hacemos a una idea. Todas ellas necesitarían mucho que meditar.
Por mi trabajo actual presencio todo tipo de manifestaciones en una de las arterias principales de Granada y al igual que otros años esta sigue siendo la de más afluencia y en la que todos coinciden más en su esencia. Lástima que haya exaltados que usen estos momentos para realizar actos vandálicos y violentos que no tiene objeto nombrar aquí.
Lo que sí interesa aquí son las imágenes que nos deja. Mujeres libres y hombres que apoyan. Colaboración mutua por un fin tan lógico y necesario como esperado.