Por fín en Granada. No veía el momento de tener en directo ante mi sus obras impresas.
Jose María Rodríguez Madoz, madrileño de 65 años que cursó historia del arte y fotografía. ¡Visto lo visto, era lo suyo y no perdió el tiempo! Sorpréndete con su obra, aquí tienes su web: www.chemamadoz.com
Derrochando ingenio durante décadas, ha ido eliminando capas a la visión ordinaria que nos envuelve a diario hasta llegar a una visión novedosa, a veces irónica o cómica, de multitud de elementos cotidianos. Mezclados finamente, fusionados de manera magistral.
La clara muestra de que para saber ver hay que entrenar la mirada.
Su material de trabajo…cualquier cosa, ¡fácil ¿verdad?!
Un árbol, un bote, arena, una alcantarilla, agua, hielo, un zapato, una cuerda… cada cosa por sí sola nos aporta una información concreta, no vemos más allá, no vemos lo que él ve. Madoz le añade unas gotas de «conceptualidad existencial» y ahí crea su magia.
El tiempo intangible, incontenible y fugaz. El agua, tangible y adaptable al medio con el que se intenta encapsular pero el agua es huidiza, siempre intenta escapar y fluir. La naturaleza privada de su color y en la que ella misma se hiere, se adorna con objetos artificiales y a la vez se desprende de su belleza cuando le place.
El avión que no puede volar, el tenedor que no puede pinchar, la competitividad de un ficticio cuadrilátero sobre un tablero de ajedrez,…
Todo genera tensión visual, sorpresa, choque de conceptos y cómo no …una sonrisa, ¿cómo uno no imagina estas cosas?
En alguna obra un simple cordel adopta la forma de agua derramada, en otra unos zapatos atados en una estrecha lazada impedirían ser usados para caminar.
Una exposición para disfrutarla "sin prisa"
Lugar de la exposición: Centro Cultural Gran Capitán de Granada. Y muy bien montada por cierto, con mucho espacio y sin excesos de luz. Entrada gratuita Del 22/05/2023 al 25/06/2023 de Martes a Domingo
P.D.: Me he quedado con las ganas de que me firmara algún libro que tengo suyo. Admiro su genialidad.
¿Escritor o fotógrafo? A menudo las personas manifiestan su sensibilidad canalizándola en una expresión artística como puede ser la pintura, escritura, música, danza, interpretación, fotografía…y es innegable que algunas personas reunen varias de esas habilidades a muy alto nivel. Matías Costa es una de esas personas. La visión de cada una de sus escenas te generará sacudidas emocionales una tras otra fotografía, pero sus textos te transmitirán el alma del autor. Sus cuadernos de campo le brindaron una válvula de escape a lo que acumulaban sus ojos, ojos que vieron demasiado y expresan como le afectó a nivel personal todo ello. Al leer sus apuntes se cierra el círculo de cada proyecto que puso en marcha y todos sus proyectos rondan la idea del naufragio de la sociedad, de las ilusiones de familias rotas, de migración de esperanzas que quedan tendidas en la arena. Fotoperiodista y persona antes que nada, con la propia experiencia como maestra, hace un llamamiento a la memoria, a la identidad de cada individuo y a su pertenencia cultural.
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Recomiendo ir a ver en persona sus imágenes. Verlas en un blog no les hace justicia. No puede igualar la carga emocional que supone verlas en directo. Dejo muestra de algunas anotaciones en sus cuadernos de viaje. En ellos se aprecia la añoranza por la cercanía emocional y la pena por la pérdida del principio de humanidad, su necesidad de atestiguar el momento y los sentidos que una foto no es capaz de captar como son el olor, la intuición, el ahogo, el sabor, la excitación… ¡Un trabajo excelente!
El Centro José Guerrero expone parte de los proyectos de este argentino que emigró siendo muy joven hasta el 6 de Junio de 2021. Abierto al público todos los días menos lunes y festivos. Web del centro: www.centroguerrero.es Dirección: Calle Oficios, 8 – 18001 de Granada
Sala de proyección inmersiva. Palacio de Congresos de Granada.
El Palacio de Exposiciones y Congresos de Granada nos ha dado la grata sorpresa a los granadinos de inaugurar en nuestra ciudad una maravillosa exposición sobre uno de los pintores españoles más relevantes a nivel mundial y de la historia del ARTE, sí, ARTE con mayúsculas. Se trata de #INGOYA que nos muestra a Francisco de Goya en todas sus etapas, en una experiencia inmersiva como anuncian en su web. Y nada más cierto. https://www.pcgr.org/evento/ingoya-una-experiencia-inmersiva/
Goya. Autorretrato de 1935.
No creo que necesite explicar nada del artista y su obra. Es simplemente…un genio. Yo, estando casado con una mujer que estudió artes y por mis propias inquietudes no podía dejar pasar esta oportunidad. Al que no haya ido aún le recomendaría que no tardase en hacerlo para que así no haya demasiada información visual corriendo por ahí y así sorprenderse mínimamente. La presentación es muy buena. Y cumplen sobradamente con las normas de seguridad y prevención antiCOVID. No hay excusa para no ir. Se que no es propiamente un tema fotográfico pero se basa totalmente en imágenes, ¿hay alguna diferencia? De hecho, llevaba un tiempo pensando en cómo sería una exposición fotográfica ideal y se acerca bastante al mismo concepto. Hay pases cada hora y os puedo asegurar que la hora pasa sin casi darnos cuenta, se nos hace muy corta.
Fusilamientos del 3 de Mayo de 1808.
La maja desnuda. Goya fue el pintor de la condición humana.
En la primera sala se nos muestra una línea de tiempo (la vida de Goya) en la que enumeran los momentos más trascendentes de su carrera hasta su muerte con 82 años, lo cual considero para aquellas fechas todo un logro. También se exponen algunas de sus obras más renombradas a buen tamaño con un breve texto. Si bien es verdad que la primera sala al entrar no innova demasiado, la segunda sala, donde se produce la nombrada inmersión audiovisual, es impactante. Suena la música y comienza el baile de obras del artista.
Decenas de pinturas proyectadas a toda luz y color sobre unos telones blancos de gran altura cobran vida ante nuestros ojos. Se mezclan y alternan lienzos completos con detalles de partes de los mismos. A ese tamaño es imposible no fijarse en lo caprichoso de las pinceladas de vestidos, animales, expresiones, etc. Partes de alguna obra están animadas sorprendiéndote a cada momento.
El sueño de la razón.
Te ves envuelto y girando sobre tus pies sin saber donde parar. Y todo ello bien adornado de piezas musicales clásicas con el volumen perfecto. Si alguien prefiere sentarse en algún cubo de los repartidos por toda la sala para así disfrutarla más cómodamente puede hacerlo. Como he dicho antes, considero que una exposición fotográfica mostrada de igual manera tendría el éxito asegurado. Música en consonancia con el tema del proyecto y con una calidad maravillosa en cuanto a color, a blancos y a negros. Se me asoma una sonrisa con sólo imaginarlo. Del 22 de Marzo al 20 de Junio de 2021 pásate por Palacio de Congresos de Granada y sumérgete en otra época.
La Térmica – Centro de Cultura Contemporánea -, ubicado en un edificio de la Diputación de Málaga en la Avda. de los Guindos 48, nos brinda la oportunidad de presenciar parte del difícil trabajo de una fotógrafa tan maravillosa como fue Lee Miller (1907-1977). Hasta el 26.Febrero.2020. Dividida en dos salas la primera nos enseña dos etapas, una parisina y otra de su vuelta a Nueva York aproximadamente 5 años después sobre el 1932. Fue una neoyorquina de mente y corazón inquietos que cambió repetidas veces de residencia tanto por proyectos laborales como sentimentales. Una mujer liberal y dueña de su vida. La Vanguardia llega a definirla como un demonio con cara de ángel. Trabajó de modelo y fotógrafa para Vogue, codeándose con personajes de lo más sonado en el panorama artístico de la historia pero decidió pasar a estar al otro lado del objetivo. Siendo muy joven se hizo amiga íntima de Picasso al cual tomó más de 1100 fotografías, tal era su confianza. También se codeó con Miró, Ernst, Cocteau y todo el movimiento surrealista de la época. En aquellos momentos emparejada con el importante fotógrafo Man Ray logró desarrollar técnicas como la de la solarización, también llamado efecto Sabattier en el que se jugaba con un doble revelado de la imagen.
Retrato Solarizado – París, Francia 1932
Todos esos círculos sociales sumado a su espíritu viajero la hicieron una mujer con una mundología y concepción de la condición humana bastante abierta. Montó y desmontó estudios de moda y retrato allá donde quiso con gran éxito. El de Nueva York decide cerrarlo con solo dos años de funcionamiento y posteriormente se muda a El Cairo con su marido, el empresario Aziz Eloui Bey. Sin descanso viaja por el país y también a Europa con quien será su segundo marido, otro artista llamado Roland Penrose. La segunda sala comprende su etapa fotoperiodista durante la Segunda Guerra Mundial y los años hasta su muerte. Justo antes del inicio de la guerra se moviliza a Londres donde como fotógrafa de Vogue documenta los bombardeos a la capital. Pero fue en el 1944 cuando toma la decisión que más marcaría su vida solicitando su acreditación al ejercito americano para acompañar a las tropas colaborando con el fotógrafo de las revistas Life y Time David E. Scherman. Vivió en primera persona el asedio a Saint-Malo, la liberación de París y la liberación de los campos de concentración de Dachau y Buchenwald siendo la primera mujer en entrar en ellos. Imágenes espeluznantes nos hacen emocionarnos, nos hace conscientes de la bajeza humana y del sentimiento de venganza que puede albergar cualquier persona que haya sido golpeada salvajemente y sin justificación en la vida.
Todo tipo de calamidades y miserias la dejarían marcada psicológicamente para siempre. Tanto es así que tras hacer algunos trabajos más para Vogue deja la fotografía para dedicarse a la cocina o al cultivo de su huerto en un ambiente más familiar, pero muy afectada recurriría incluso a la bebida intentando apaciguar los fantasmas de la guerra. Lee Miller fallece en 1977 en Reino unido aquejada de un cáncer. Hasta sus últimos días permaneció en activo regalándole a la sociedad exposiciones e imágenes dignas de nuestro reconocimiento y que nos hacen meditar. Sólo queda decir «Gracias Lee Miller».
«Muere a los 94 años Robert Frank, fotógrafo, peregrino y forastero en la tierra» El País
«Muere … , un gigante de la fotografía documental» Diario de Sevilla
Robert Frank, La Mirada de América, nos ha dejado. Ningún titular podrá plasmar toda la esencia de esta mente inquieta, de este maestro de la fotografía cotidiana.
«Provocativo» lo definió Hollywood Reporter. Según otros revolucionó con una sola publicación el lenguaje fotográfico. Fue alabado como cineasta independiente.
La vida de los banqueros de Londres, de los mineros escoceses o de las estrellas del rock fueron inmortalizadas por este suizo de ascendencia judía. A su vez él también se vió inmortalizado en una maravillosa imagen tomada por otro emblema de la fotografía y de la agencia Magnum, Elliott Erwitt, una imagen que todos mantendremos en nuestra memoria. En ella aparece en una cocina bailando cariñosamente con su mujer Mary Lockspeiser durante su estancia en El Cabanyal (Valencia) en 1952.
Robert Frank bailando con su mujer Mary Lockspeiser – Foto de Elliott Erwitt
Todos sentiremos la ausencia de este gran maestro que vivió su pasión por la fotografía como una experiencia vital y no como un trabajo. Seguiremos disfrutando de su legado.
Un rizo de la vida hizo que fuera posible. Dos hermanos con inquietudes artísticas decidieron mezclar imágenes como gotas de pintura sobre una misma paleta. El resultado ha sido un cuadro de sonrisas, sueños cumplidos, calor humano y luz, mucha luz.
Cartel de la exposición
La exposición «Bloqueados» nada más comenzar ha sido todo un éxito. En este momento, sentado a la orilla de un río con la pareja que me animó a realizar esa empresa (Marga Ocete), recuerdo cada una de las personas que regalaron un ratito de su preciado tiempo para estar con nosotros. Mi agradecimiento incondicional a todos. Hoy soy más feliz que ayer.
Lugar: Decobar Saltamaría – Cristo de San Agustín 12, frente a Parking de San Agustín – Granada.
Tengo el gusto y la ilusión de presentar en este blog una exposición de fotografía que surgió como reto personal y anécdota que me aportara algo más. BLOQUEADOS es un proyecto conjunto de Evaristo y Santiago Benavides, dos hermanos enamorados de la fotografía y las múltiples historias que se esconden detrás de cada imagen.
Imágenes sencillas, sin artificios, que por si solas ya aportan sensaciones pero observadas en su conjunto y acompañadas de un texto te llevan a un significado más amplio. Imágenes de nuestro día a día que pasan desapercibidas. Imágenes para las que ya no disponemos del suficiente tiempo para contemplar y meditar sobre el entorno que nos rodea, nos afecta y la manera en que nos enfrentamos a él.
Las fotografías estarán disponibles a la venta por si hubiera algún interesado.
Esta fue mi segunda elección entre las exposiciones de Photo España 2019 que llamaban mi atención. El centro que acoje la exposición es el edificio de Fundación Mapfre en la madrileña zona de Recoletos. Visitable de Lunes a Domingo siendo la entrada gratuita solo los Lunes. Precio: 3€.
Nada más entrar pude comprobar que iba a ser muy distinta a la de William Klein. Una razón obvia es la época en la que realizó su obra, más antigua que la de Klein. Una época en la que no todo el mundo podía disponer de una buena cámara y unos buenos objetivos. Esto originó que Bernice (cambió su nombre a Berenice en 1921 en Francia) tuviera que aceptar todo tipo de trabajos con los que poder adquirir herramientas de calidad y de paso poder alternar lo justo con el grupo de personas que atrapaban su interés, los cuales manejaban una economía más saneada que la suya. Eran un grupo de artistas e intelectuales de la zona del Greenwich Village neoyorquino que marcaron a Berenice en su vida personal y en sus proyectos. Entre ellos destacar a Mina Loy, Marcel Duchamp o Djuna Barnes. Las imágenes de su obra abarcan desde perspectivas imposibles de la ciudad que la acogía hasta imágenes al microscopio en su etapa de fotógrafa científica. Una parte de su obra la dedicó al retrato y si bien técnicamente es mejorable, hay que valorar lo que había detrás de esos rostros y esas poses. Muchos de esos retratos fueron a mujeres y hombres que nacieron con una sexualidad distinta al supuesto estándar. Miradas cómplices, seguras y teatrales conscientes de su papel en una sociedad que hasta la fecha había juzgado su ambigüedad aceptándola silenciosamente y observándola sólo de reojo. Ese testimonio gráfico muestra la valentía de esas personas en su intento de presentarse públicamente como sentían en su interior.
James Joyce; Janet Flanner
Deja retratos de algunos personajes conocidos de la época como James Joyce, Jean Cocteau, Paul Morand o André Gide entre otros. Al mismo tiempo suponen un testimonio gráfico de la moda del momento. Fue una gran documentalista en un momento de explosión de modernidad. Centra su atención en todos los avances tecnológicos del momento y atrapan su mirada las moles arquitectónicas que crecen más y más a un ritmo vertiginoso.
En su devoción por el también fotógrafo Eugène Atget del que aprendió muchísimo y del que reconocía sentirse muy influenciada llega incluso a comprar su obra para promocionarla. En esta exposición hay una zona dedicada a este autor francés con muy buenas obras, me encantaron, me parecieron pocas.
Comercios; estaciones; bloques de viviendas; el puente de Manhattan
Ella nos enseña una ciudad en su día a día, su ropa tendida al sol, sus ferreterías abarrotadas de cacharros. Nos lleva a las estaciones de tren que terminaron siendo símbolos de un país. Mira arriba buscando el final de las líneas que forman los rascacielos en sus perspectivas imposibles y mira abajo desde ellos escrutando el funcionamiento de ese hormiguero.
Fue una mujer valorada y laureada y de la que algunos pudieron disfrutar en su faceta docente. Una mujer que vivió intensamente y que pudo sentir en vida parte del reconocimiento que todo artista merece.
Entrada a la exposición – Ya se adivina que no va a ser una exposición más.
Espacio Fundación Telefónica – Fuencarral,3 – Madrid Del 07/06/2019 al 22/09/2019 El verano está muy caliente y en el plano fotográfico y artístico está que arde. PhotoEspaña2019 nos regala una selección de artistas consagrados imprescindibles en nuestra cultura fotográfica repartiendo un buen número de exposiciones por toda la geografía española. Como es lógico, no todo el mundo podrá asistir y por supuesto será bastante improbable verlas todas. Nos toca elegir. Aprovechando las vacaciones elegí Madrid y así de paso me paseaba por alguno de sus barrios pintorescos, en este caso Malasaña, pero esa es otra historia. No quería perderme por nada del mundo la obra de uno de los mejores fotógrafos del siglo XX, William Klein. Si a eso le sumamos lo atractivo que es el edificio donde se ubica la exposición, entonces quedaremos totalmente satisfechos con la experiencia. Fundación Telefónica dispone de unas instalaciones en pleno centro de Madrid muy interesantes. Entrada amplia en la que se separa una zona clásica de otra más innovadora. Para acceder a las distinas plantas del centro resaltan su ascensor de dimensiones y forma atípicas pero sobre todo su escalera, que es toda una obra maestra de arquitectura y diseño.
Espectacular escalera de acceso a plantas.
Como el mismo día teníamos pensado ver una segunda exposición de la fotógrafa Berenice Abbott en la zona de Recoletos, concretamente en la Fundación Mapfre, no podíamos perder mucho tiempo, nos dirijimos rápidamente a disfrutar la del Neoyorquino Klein. Definido como padre de la fotografía moderna. Despliega más de 200 obras en las que se aprecia su evolución. Pinturas, fotografía abstracta experimental, fotografía documental de la sociedad en Nueca York, Paris, Roma, Moscú, Tokio… También podemos visualizar varios cortos cinematográficos. Dedicó nada más y nada menos que 20 años de su vida a esa parcela artística.
Una de las zonas de proyección.
En una de las proyecciones el propio artista nos habla emocionándonos de su proceso creativo, el porqué le atrae una escena u otra y la diferencia entre una imagen cualquiera y «una foto» (te emocionas de veras).
Son curiosos los telones pintados a modo de biombos orientables, que usó en imágenes de sus trabajos para el mundo de la moda. De igual manera impresiona su apuesta por el Letrismo. Obras maravillosas que de por si nos abstraen del mero significado de las palabras. Esta tendencia la aprovecha y la ensalza en otras de sus fotografías. Los amplicontactos fueron otro de los recursos de la época en el proceso creativo. Klein no es menos y nos enseña una serie con imágenes de caracter social y reivindicativas sobre la sempiterna sexualidad de las personas.
Amplicontactos de Klein.
Klein se implica en la escena siempre. Si no estás lo suficientemente cerca, la foto no será tan buena. Esta idea planteada ya por Robert Capa la siguió a rajatabla. Tal es así que con su 28 mm llegaba incluso a deformar las proporciones de los protagonistas de sus imágenes. Se implicaba tanto en la escena que formaba parte de ella, se aprecia perfectamente en muchas de sus fotografías que la mirada de uno de los implicados en la escena lo hace partícipe de la misma. La proximidad en algunas de sus fotos llega a ser hasta violenta. En esa época gracias a Dios la curiosidad por ver una cámara enfocándote podía más que la incomodidad por la pérdida del anonimato y la intimidad del sujeto fotografiado. Además Klein fue una persona hábil para ganarse el beneplácito de su objetivo o buscar un momento robado. Es impresionante la capacidad de Klein para capturar varias capas en la misma foto, tanto espaciales como temporales. En una foto se ven tres generaciones de personas y cada una de ellas en una profundidad distinta, simplemente genial.
Conciertos, manifestaciones pro derechos de la sexualidad que cada uno elija, eventos deportivos, reuniones de la alta alcurnia, hay de todo en esta exposición y todo cuenta una historia. No se me borra de la cabeza la imagen de unas señoronas de «clase alta» devorando sus platos en una comida improvisada como si fuese a ser la última. Tampoco se podrán borrar las impactantes imágenes de esos chicos de infancia robada rodeados de vicio y peligros.
Viajero que supo capturar «la calle» de cada uno de los sitios que pisó. En esas ciudades atrapó la humanidad que allí existía, la más real y sin adornos, todo con un texto implícito que todos somos capaces de leer. Hay que ser un gran artista para poder transmitir sin palabras.
Hay imágenes estáticas por supuesto, pero sobre todo hay imágenes en las que se masca el movimiento. Hasta parece que vemos parpadear las luces de Brodway ante nosotros.
Fue un maestro de la fotografía de moda, lo demostró entre otras publicaciones en Vogue y plasmó una extravagante paleta de colores en sus fotos pero yo sin duda me quedo con sus blancos y negros.
Un servidor junto al boxeador-pintor. Una de las obras de Klein en Japón.
Su etapa en Japón deja curiosas imágenes como las de los bailarines mezclados con el tráfico o el boxeador que pinta con sus puños envueltos y empapados en pintura golpeando una pared en un extraño climax.
De allá por donde pasara nos deja un material documentativo de la humanidad de la sociedad cosmopolita moderna, con sus alegrías y tristezas, decadencias y virtudes, pero siempre con la esencia de un hombre que se regocija ante lo que observa frente a sus ojos.
No digo más y dejo unas imágenes de la galería para poner los dientes largos al que no pueda ir, pero insisto, si se puede hay que visitarla. Por cierto, la edición española que se vende del libro de la exposición no llega a ser tan buena como la de otros países, no hay tantas fotografías ni están tan bien seleccionadas, no entiendo el motivo pero lo he visto referenciado por varios compradores del mismo.
Como viene siendo ya un clásico la semana que entra podremos disfrutar de la XIV edición del Festival Aéreo que se celebra anualmente en la Playa de Poniente-Motril-Granada.
El Domingo 30 de Junio desde las 11:00 h. habrá espectáculo para todos. Los niños soñarán con ser pilotos y los mayores volveremos a ser niños.
Todos los años nos sorprenden presentándonos espectaculares aparatos aeronáuticos tanto de salvamento como de protección (suena muy feo decir de guerra).
Para disfrutar de sus pasadas a baja altura, sus acrobacias y hacer unas cuantas fotos de las que sería difícil hacer en otras condiciones tendremos que llevar un equipo indispensable y no me refiero a la cámara de fotos, que por supuesto esa no se nos olvidaría. Me refiero a algo tan simple como una buena gorra o sombrero que nos tape bien del sol y una botella de agua, porque vamos a pasar horas al sol y no es cosa de tomar a broma.
Una sombra se agradece. Estos bulldog fueron rápidos.
En cuanto a tomar fotos lo pasarémos pipa porque se nos acercarán tanto esas máquinas que nos dejarán capturar todo lujo de detalles. Qué fácil parece su manejo cuando el que está a los mandos de esos aparatos es un profesional.
Respecto a los parámetros de disparo de nuestra cámara tendremos varias opciones. Podremos mantener abierto a tope nuestro objetivo sabiendo que la distancia nos mantendrá toda la imagen que nos atrae en hiperfocal y a la vez haremos que sea mucho más rápida la toma, o por el contrario podremos cerrar un poquito nuestro diafragma y así cojer un poquito más de detalle con un mayor contraste buscando el punto dulce de nuestros objetivos y a la vez bajar ligeramente la velocidad de disparo que puede ser interesante si lo que fotografiamos es un helicóptero u otro aparato con hélices. Estas se verán con un poco de movimiento y acrecentará el ritmo de la foto. Si la foto es excesivamente rápida quedaría raro ver una hélice totalmente detenida, inmóvil. Para gustos colores. El sol nos permitirá hacer lo que nos plazca en ese aspecto. Por desgracia coincidirá que probablemente en una orientación, si miramos concretamente al este nos producirá un contraluz importante así que salvo algún detalle creativo mejor haremos las fotos hacia el sur o hacia el oeste. Nos iluminará mejor el motivo. Tampoco estaría de más dar leves descansos a la cámara porque si la mantenemos encendida durante todo el espectáculo y encima disparamos ráfagas podríamos estar dándole un buen calentón. Tenemos que cuidar de nuestro equipo.
Como probablemente usaremos en casi todo el espectáculo aéreo nuestro «tele» también tendremos que darnos a nosotros el mismo descanso que a la cámara. Podemos terminar con el brazo bastante agotado.
Sólo queda desear que el que vaya lo pase en grande. Dejo unas fotos de ejemplo de una de las anteriores ediciones a la que pude asistir:
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