Exposición – Chema Madoz – Sin Prisa

Por fín en Granada. No veía el momento de tener en directo ante mi sus obras impresas.

Jose María Rodríguez Madoz, madrileño de 65 años que cursó historia del arte y fotografía. ¡Visto lo visto, era lo suyo y no perdió el tiempo!
Sorpréndete con su obra, aquí tienes su web:
www.chemamadoz.com

Derrochando ingenio durante décadas, ha ido eliminando capas a la visión ordinaria que nos envuelve a diario hasta llegar a una visión novedosa, a veces irónica o cómica, de multitud de elementos cotidianos.
Mezclados finamente, fusionados de manera magistral.

La clara muestra de que para saber ver hay que entrenar la mirada.

Su material de trabajo…cualquier cosa, ¡fácil ¿verdad?!

Un árbol, un bote, arena, una alcantarilla, agua, hielo, un zapato, una cuerda… cada cosa por sí sola nos aporta una información concreta, no vemos más allá, no vemos lo que él ve. Madoz le añade unas gotas de «conceptualidad existencial» y ahí crea su magia.

El tiempo intangible, incontenible y fugaz.
El agua, tangible y adaptable al medio con el que se intenta encapsular pero el agua es huidiza, siempre intenta escapar y fluir.
La naturaleza privada de su color y en la que ella misma se hiere, se adorna con objetos artificiales y a la vez se desprende de su belleza cuando le place.

El avión que no puede volar, el tenedor que no puede pinchar, la competitividad de un ficticio cuadrilátero sobre un tablero de ajedrez,…

Todo genera tensión visual, sorpresa, choque de conceptos y cómo no …una sonrisa, ¿cómo uno no imagina estas cosas?

En alguna obra un simple cordel adopta la forma de agua derramada, en otra unos zapatos atados en una estrecha lazada impedirían ser usados para caminar.

Una exposición para disfrutarla "sin prisa"

Lugar de la exposición: Centro Cultural Gran Capitán de Granada. Y muy bien montada por cierto, con mucho espacio y sin excesos de luz.
Entrada gratuita
Del 22/05/2023 al 25/06/2023 de Martes a Domingo

P.D.: Me he quedado con las ganas de que me firmara algún libro que tengo suyo. Admiro su genialidad.

Fotografía Tu Sombra

¿A que tú también lo has hecho?
¿Nunca has mirado tu sombra y le has hecho una foto saludando?
Incluso habrás puesto poses inverosímiles para que tu sombra quedara más graciosa o para que se te viera más esbelto.
¡Mira que largas se ven mis piernas! ¡Uy que cabezón se te ve a ti!
Será que aún conservamos dentro un poco del Peter Pan de todo niño e igual que él la llevamos cosida.
A todos nos encanta nuestra sombra, ¡es una realidad!

Pues el caso es que viendo alguna foto en redes me animé a intentar retratar mi sombra de una manera más formal.
¡Vaya reto! LOL…
¿Qué necesitas para proyectar una sombra?
Pues obviamente una luz, y si recordamos uno de los principios básicos de la fotografía no tendrémos que rebuscar demasiado. Solo hace falta que tenga una potencia media y sobre todo debe ser un punto de luz pequeño.

Yo uso a menudo en mis incursiones nocturnas este tipo de frontal y linterna. También las usé en esta ocasión.

En proporción al objeto a fotografiar, cuanto más pequeño es el punto de luz más dura se considerará esa luz y la sombra también será dura, contrastada… Una linterna bastará.
Si piensas en la sombra recortada que proyectamos a la luz del sol lo entenderás. El sol puede ser enorme y es muy potente, pero a la distancia que está da la sensación de ser un punto de luz de tamaño diminuto.
Si utilizásemos la luz de un softbox grande o una ventana de luz que en relación a nosotros fuese mayor, proyectaríamos una sombra mucho más suave, de contorno menos delimitado.

Dicho y hecho… solo tuve que sostener una de mis linternas en un trípode enfocándome y colocarlo a una distancia suciente para que la sombra tuviera una relación de tamaño interesante. Si la pones muy cerca agrandas la sombra y si la alejas va reduciéndose….fácil.
Monté el disparador remoto para no estar dando paseos y conecté la cámara a lightroom para ir viendo el efecto de cada imagen sobre la marcha. Con esto te evitas un montón de paseos a la cámara para hacer comprobaciones.
También puedes abusar de un@ amig@, seguro que te echas unas risas.
Además el retoque de estas fotos es bastante sencillo. Sólo hay que incrementar el contraste entre luces y sombras. Sube las iluminaciones y blancos y baja las sombras y negros.
¡Hecho!

En un periquete fotos realizadas con más o menos éxito. Para una primera vez han quedado resultonas y muy misteriosas, listas para usar en el perfil de tus redes o el mismísimo Whastapp.

Fotografiar En Casa. La Belleza De Lo Cotidiano

Que son tiempos difíciles para desarrollar con normalidad nuestras aficiones es algo que todos deberíamos tener asimilado. Hemos tenido que cambiar nuestros hábitos de vida hasta en los aspectos más esenciales, por lo tanto era lógico que esta situación salpicase a nuestra manera de fotografiar.
Nuestro ojo fotográfico ha tenido que adaptarse, por llamarlo de alguna manera, ha tenido que variar su profundidad de campo. El nuevo punto de interés ha pasado a ser lo cercano, lo que nos rodea, en casa, en el trabajo o el entorno más próximo.
Ahora somos capaces de ver paisajes formados por montañas de puré de patata (me recuerda a «Encuentros en la tercera fase») y bosques de verdura. Juraría ver un maravilloso árbol en cualquier trozo de brócoli.
Una agrupación de tornillos de distintos tamaños puestos en vertical con una bombilla encendida detrás al fondo se nos presenta como el skyline de una gran ciudad por el que veremos una fantástica puesta de sol (bombilla) a través de sus rascacielos.
Jarrones, flores, reflejos en espejos y ventanas nos abren infinitas posibilidades.
Hace un par de días yo opté por las perfectas formas de un simple huevo y para rematarlo jugué un poco con la tensión visual que suponía presentarlo en equilibrio entre dos tenedores.

Equilibrio al filo del desastre.

Un maravilloso ejercicio para jugar con luz y volúmenes.

¿El grito de Munch?

Ahí estaba yo encandilado con mi huevo. Me enamoró así posando equilibradamente, elegante en su desnudez, ligero como las plumas que soñó tener, perfecto en sus formas…donde se ponga una línea curva…, y la luz cenital que le aporta esa espiritualidad.

Me recuerda a una persona apoyando la cabeza en sus manos cruzadas.

Blanco y negro, estaba claro. Sabía que la foto saldría bien, pero la tortilla fue mejor.

En nuestras manos y con algo de tiempo para pensar, todo objeto puede tornarse una foto interesante.

Cuidado Con Lo Que Pescas Por Ahí

Corren tiempos locos, lo que puedes esperar de lo que realmente vas a conseguir deja mucho que desear.
Pongamos un ejemplo hablando metafóricamente… antes cuando tú salías a pescar podías tener suerte y conseguir tu premio, ese pescado grande y sabroso que después te comerías sintiéndote un superviviente, un Robinson que sabe vencer las dificultades que se presentan.

Pez Bota (Suele secarse para su consumo)

Por desgracia, no era raro que en uno de esos lanzamientos de anzuelo no fuese precisamente un pez lo que enganchases. En ocasiones pillabas un zapato perdido por algún despistado, otras podía ser un jarrillo de lata que cayó de la barca de otro pescador cuando lo golpeó sin querer.

Pez Jarrillus Latae (habita en los fondos de aguas poco profundas)

Pero hoy en día si sales a pescar (o a pasear cuando no debes) lo más probable será que pesques algo muy distinto. En estos momentos el despistado (que olvida usar su mascarilla o no quiere porque él es un radical seguro de sí mismo y no un borrego más al que dirigen un puñado de instituciones que no entienden de nada) te ayudará a que te lleves a casa otra pieza muy distinta a la que esperabas.

Además, antes la gente gustaba ir a pescar en solitario pero en estos tiempos parece que o vas a pescar con toda la familia o con 20 amigos o te tachan de antisocial. Hay que ir a pescar en grupo.
Sí, en tu plato listo para que te lo comas enterito vas a tener un delicioso Virus. Ni azul ni blanco, lo pintan rojo, pero depende de para qué estómagos, bastante indigesto.
Nombrado de muchas maneras, Coronavirus, COVID-19, SARS-CoV-2 o «el Bicho» como lo llaman los lugareños más audaces.
Como lo pesques procura comértelo tú solo, no compartas el plato con nadie por favor que no es de buen gusto.
Y si buscas un protector o medicamento para tu maltrecho estómago reza porque tu anzuelo de nuevo encuentre el adecuado.

Encuentra el pez Píldora correcto, no te equivoques

Desde luego la pesca se ha vuelto un pasatiempo o deporte de alto riesgo. Quizá sea buen momento para cambiar de dieta hasta que el mar nos ofrezca otros manjares.

¿Dificultades Para Hacer Lo Que Te Gusta?

¿Te sientes con ánimos para salir a fotografiar actualmente?¿Te apetece mirar por el visor de tu cámara a través de tus gafas empañadas o aguantando la respiración hasta ponerte azul para evitar eso mismo?
Probablemente hayas sentido un bajón anímico y falta de ganas de echarte a la calle y hacer fotos.
Es normal, no te está afectando ningún virus, por lo menos físicamente, ni te está dando ningún «chungo».
Lo que ocurre es que tienes la cabeza saturada del exceso de información monotema que ocupa nuestros días. ¡Claro que hay que estar actualizado de todo lo que acontece! pero hay que saber seleccionar qué es veraz y qué es noticia sensacionalista o un ataque político.
Hay mucha noticia basura.

Acumulando basura en la cabeza

En la anterior entrada de este blog hablaba de las limitaciones legales para hacer fotos de manera indiscriminada en cualquier lugar o a cualquier persona. Esto ya nos coarta a veces para sacar nuestra cámara a pasear pero si a esto le sumamos las restricciones horarias por culpa del toque de queda nacional derivado de la pandemia COVID-19 o el tener que llevar una mascarilla todo lo complica aún más.
Esta incomodidad me hizo recordar una foto graciosísima del libro ‘Fotografiar con una sonrisa‘ del gran fotoperiodista Tino Soriano en la que se ve al fotógrafo Luis Alarcón con unos guantes de boxeo sosteniendo con no poca dificultad una cámara Olympus.
Me resultó una metáfora perfecta para representar nuestra propia incomodidad al tener que llevar mascarilla haciendo fotos sobre todo si usas gafas. Te rozan los ojos, la respiración te empaña los cristales. ¡Es horrible!
Así que quise recrear esa foto como homenaje personal a Soriano (siempre hay que copiar a los grandes) y doy fe de que con guantes de boxeo es muy difícil manejar una cámara… o cualquier cosa.

Imitando la fotografía de Luis Alarcón realizada por Tino Soriano

Intentemos sobrellevar esta crisis de la mejor manera y hagamos si podemos lo que aconseja Tino Soriano en su libro, afrontarlo todo y por supuesto hacer fotos, con buen humor.

Las Llaves Del Destino

Las llaves de la recuperación

Banderas de un país cualquiera o estandartes de un partido político u otro. Cada cual porta su llave pensando que es la clave correcta para asegurar el futuro de todos

¿Soluciones insuficientes?

Hay para quienes la llave debe ser ligera, fácil de llevar, pero quizá se parezca demasiado a una llave de juguete.

Viejas soluciones

Para otros la llave debe ser más grande, con un paletón basado en un dibujo muy básico. Probablemente demasiado arcaica esta llave. Es curioso pensar con qué partido político podríamos asemejarla, jajaja! Además su color oscuro parece augurar historias de esclavitud, antiguos grilletes o calabozos.

Soluciones enrevesadas

Y como no, tenemos la llave del que cree que no se le escapa nada, llave de difícil ejecución. Su llave es lo más. Para algunos la llave perfecta. Una llave soberbia para un soberbio, propia del que cree tener el mayor tesoro, tanto es así que lo esconde y no lo disfruta ni él ni nadie. Lo malo es que quien quiere abarcar tanto en detalles pierde muchas veces la eficacia en su fines más básicos.
¿Será alguna de estas la llave de nuestros años venideros?
Nos veo forzando la cerradura… toda puerta se puede abrir.

¿Qué llave será la correcta?

Reunión De Amigos – Visiones En Tiempos De Pandemia

¿Una reunión de amigos?

Esta etapa de confinamiento ocasionada por la pandemia del COVID-19 (Coronavirus) ha sido compleja para la mayoría de nosotros. Hemos sufrido la distancia con los nuestros y una «soledad» a la que no estábamos acostumbrados.
Nos ha hecho recordar a familiares y amigos mientras se atrofiaban nuestros músculos pero a su vez ha hecho que agudicemos otra parte de nuestros cuerpos… me refiero a la mente. Cualquier detalle alrededor se ha vuelto importante y ha servido de estímulo a nuestra imaginación.
Para los aficionados a la fotografía y para más de un profesional ha sido un reto y cualquier motivo nos ha servido para contar a nuestra manera lo que sentimos.
Por mi parte, hasta creí ver en un simple montón de lápices una reunión de amigos, algo que anteriormente consideraba de lo más rutinario del mundo y ahora me parece algo esencial y añorado. Os lo muestro en imágenes tal y como pasaron por mi cabeza.

Los amigos a veces están de acuerdo

En una reunión de amigos es muy difícil que todos piensen y vayan en tu misma dirección.

A veces algún amigo quiere destacar

Es fácil que alguien intente destacar, que alguien esté en contra de la opinión del resto.

Hay días en que un amigo está en contra

Hay amigos que no pudieron ir en esa ocasión, otros incluso parecen invisibles aunque estén ahí.

Un amigo no pudo asistir

Y no tengamos la desdicha de que a todo el grupo le guste la misma chica, puede dar situaciones de lo más variopinto.

Amigos intentando ligarse a la misma

Pero si la amistad es sincera y verdadera, cada vez que os veáis haréis ese corro en el que agarrados de los hombros os reíais del mundo y os sentíais bien.
Todo es mejor con amigos.

El círculo de amigos

Relatos De Cuarentena – COVID´19

Fotografía: Benjamín Quevedo

El día comienza a despertar, despacito, ralentizado, como los relojes en estos tiempos extraños. En la calle sólo se escuchan los pajarillos, con la primavera tatuada en cada trino. En algunas ventanas se empieza a ver algo de movimiento. Luis se enciende un cigarro y sale al lavadero mientras el olorcillo a café recién hecho va perfumando toda la casa. Abajo, en la calle, ve al señor mayor que vive en el bloque de enfrente. Ya viene de vuelta, con ese perrillo diminuto al final de la correa. “Cada día sale antes”, piensa.
Dos plantas más arriba se abre otra ventana. Ángela, con una taza de café humeante en las manos y los ojos aún a medio despertar. Respira profundo, hace un día bonito. Hoy almorzará en el balcón, de hecho hoy piensa atrincherarse en el balcón.

Poco a poco, la calle comienza a ser un espejismo borroso de otros días. Algún coche, un autobús, mascarillas, muchas, carritos de la compra… que luego volverán repletos, demasiado, con su papel higiénico, su cerveza… lo imprescindible.

Las horas van pasando…a su ritmo. Se van llenando los tendederos, cortinas, toallas, sábanas… algo de ropa. Un osito rosa se balancea tranquilo en su cuerda del tercer piso.
Y continúa avanzando la mañana. En el aire se mezcla el olor de la colada con el del pan recién hecho de Alberto… a la tercera va la vencida… o no. Huele a receta de Youtube, al cocido de María, a cordero especiado y cuscús. Huele al recuerdo de las croquetas de mamá, que ahora están demasiado lejos. Huele a vermut por video llamada, a meme del momento, a risas compartidas y llantos solitarios… para qué preocupar más, bastante tenemos.

Y llega la siesta, aunque alguien ha pensado que es buen momento para compartir su pasión por Shakira. Netflix calienta motores. Las ventanas vuelven a llenarse de tazas de café humeante y de roscos, incluso alguna torrija… ¡que es Semana Santa por Dios!

Más rostros en las ventanas, en los balcones. Son las 19:58, comienzan los aplausos. A Laura le parece que hace dos semanas sonaban con más fuerza. 20:00 se unen algunos “rezagados”, se escuchan las sirenas, el dichoso resistiré… y se pasa lista. Todos se alegran de ver de nuevo a Andrés en su balcón, saben que el virus lo ha tenido un poco pachucho. Es enfermero, hoy los aplausos van por él. Y cae alguna lágrima ventana abajo, porque nadie estaba preparado para esto.

Y comienza a haber luz tras las cortinas. Hemos superado otro día. Maldita marmota.

Texto: Marga Ocete Castro

Fotografía Urbex – ¿Te gusta fotografiar lugares abandonados?

En nuestro interior todos tenemos una porción más o menos grande de espíritu explorador y aventurero.
¿A quién no le ha intrigado saber como sería ese antiguo palacete abandonado o si aquel cortijo deshabitado conservaría detalles de la vida que tuvo antes? Somos curiosos por naturaleza incluso cuando conlleve algo de riesgo.
Pasearse por cualquier lugar abandonado puede ser peligroso en varios aspectos, tendremos que mantener ciertas precauciones.
Algunas recomendaciones podrían ser estas:
– No ir solos y dejar dicho a alguien dónde estaremos y qué tiempo nos llevará antes de volver.
– Llevar una linterna para poder orientarnos y evitar tropiezos o caídas. También podría servirnos para pintar con luz alguna zona de la foto.
– Llevar agua. Nunca sobra.
– Estar atentos a derrumbes y caídas.
– Estar prevenido a la aparición de animales salvajes de dos y cuatro patas. Además, si el lugar ha sido frecuentado por animales es fácil que haya pulgas y otro tipo de parásitos que no te harán ningún bien.
– Usar ropa que no exponga directamente nuestra piel.
– Evitar cortes con superficies oxidadas o sucias, algo bastante habitual.

Casi nadie pide permiso para entrar en este tipo de lugares. Debemos ser conscientes de que lo que nos ocurra allí será prácticamente responsabilidad nuestra. Por tanto extrememos el cuidado y respetemos lo que encontremos. No forcemos los accesos ni destrocemos nada.
Respecto al equipo que mejor se adapta a este tipo de situaciones suele ser algo básico:
– Un gran angular luminoso.
– Varias baterías cargadas.
– Alguna tarjeta de memoria extra.
– Un flash y/o linternas para relleno si hiciera falta.
– Muy importante un trípode por la escasa luz reinante en estos lugares y aunque podríamos prescindir del trípode si usásemos el flash, la poca luz ambiente suele tener una magia especial.
– Accesorios de limpieza básica, es decir, toallitas y pera de soplar. Es inevitable que ensuciemos algo nuestro equipo en sitios tan dejados y polvorientos.
– Por último no olvidemos llevar un móvil por si ocurriese cualquier contratiempo.

Tras observar el lugar inicialmente y valorar sus posibilidades haremos la mayoría de las veces unas fotos en las que las texturas cobrarán mucha fuerza. Todo quedará envuelto en un halo de misterio, mezcla de soledad y ecos del pasado. Quizá la capa de suciedad y el deterioro generalizado den un tono bastante homogéneo a toda la escena pero basta que asomen por aquí o por allá detalles de color para que realcen la imagen y hagan que el ojo los busque automáticamente. En ocasiones encontraremos murales enormes de graffitis en fábricas y edificios abandonados en los que el color lo es todo.
También merecerán especial atención los detalles macro, por ejemplo el vaso en la mesa o estantería que alguien dejó allí como si fuese a volver a terminar su contenido. No es difícil encontrar el juguete del niño que ya no divertirá a nadie o el mueble de madera recia que sobrevivió a varias generaciones.
Hasta hoteles completos que nunca abrieron sus puertas para ofrecer la grandeza de sus proyectos ahora las abren para que nosotros podamos recrearnos en su imagen decadente.

Hotel abandonado junto al mirador de Vista do Rei – Isla de Sao Miguel, Islas Azores-Portugal

En mi provincia no abundan los lugares así y los que hay no son espectaculares pero ahí es donde nos toca a nosotros sacar adelante nuestra creatividad y control de la cámara.
De todas formas, siempre hay personas que se preocupan de estos detalles creando foros y portales donde informarnos de localizaciones por nuestra geografía. Un ejemplo podría ser Urbexspain, Urbexpain, Abandoned Spain, Lugares abandonados…y seguro que hay más. También podemos buscar en Instagram tags como #urbex #urbanexplorer y otros similares. Y otro método de búsqueda de lugares podría ser una buena charla con nuestros mayores, que nos olvidamos con bastante frecuencia de lo que han visto sus ojos y que aún conservan en la memoria para, a veces, hacernos más interesantes nuestros días.
Animaos a salir a ese lugar abandonado que siempre os intrigó y haced honor a la belleza que aún conserve o todo lo contrario. Muchas veces es la falta absoluta de belleza lo que consigue dejarnos absortos.

Fotografiar En Sitios Abarrotados De Gente

Es bastante normal asistir a un evento multitudinario sea del tipo que sea. Un concierto, la presentación de un producto, una fiesta de alguien conocido, una exhibición, la inauguración de un lugar…
Todas ellas son situaciones en las que el fotógrafo pondrá a prueba su temple. ¡Ante todo mucha calma!
Si bien es importante tener claro a qué fotografías podemos aspirar a obtener en cada lugar – todos queremos la foto idílica y espectacular que vimos en Instagram – no debemos dejar que las múltiples complicaciones propias de tal aglomeración de personas tiren por tierra lo que puede ser un día maravilloso haciendo fotos.
Cada cual va a su aire, te empujan justo al pulsar el disparador y tu imagen sale movida, golpean tu trípode corriendo riesgos tu equipo, la zona que has elegido como motivo se vuelve por momentos la más transitada o los pocos que allí hay se apalancan y no hacen por entender tus miradas pidiendo un mínimo de comprensión… todos, todos, todos hemos pasado por un momento parecido.
Una de estas anécdotas la volví a vivir este mes de Julio coincidiendo con mi paso por la ciudad de Oporto (Portugal). No era la primera vez que la visitaba pero me apetecía entrar de nuevo a la famosa Librería Lello, que bien merece un reportaje propio a conciencia.

Conocido es por todos su atractivo visual y la cantidad de libros que alberga pero no todo el mundo conoce la importancia que tuvo en el cambio político que desembocó en la actual República Portuguesa.
Las colas que se originan a su entrada ya deberían avisarnos de que la cosa no será fácil. Imposible sacar una imagen de la impresionante escalera vacía, todo el mundo se detiene a admirarla y a continuación se acribillan a selfies con sus propios móviles en todos los ángulos posibles ya que en cada uno de esos selfies aparecen cabezas o extremidades de otros visitantes y eso no queda nada bien. En unos minutos se suceden cientos de poses con el mismo gesto, la misma sonrisa, el mismo encuadre.
En la planta de arriba… más de lo mismo. Gente que se agolpa en la balaustrada, gente mirando el imponente techo vidriado que da luz a la estancia y gente manoseando ciertos volúmenes de encuadernación delicada que abren hasta que crujen mientras posan sus dedos en una página dejando su huella inmortalizada.
¡Desesperante! Una solución a esta locura puede ser el hacer de este caos nuestro aliado.

Planta superior de la Librería Lello en Porto, abarrotada como suele ser habitual.

Lo más obvio, hacer fotografías que remarquen esa sensación de agobio (varios pares de manos rebuscando en un montón de libros, una panorámica en la que se aprecie tanto el tamaño de la librería como la masificación de personas) pero también podemos forzar un poquitín nuestras cámaras y nuestro pulso y realizar unas capturas en las que tenga protagonismo el movimiento. En determinados lugares podríamos llegar a hacer desaparecer a los viandantes si tenemos en cuenta la luz ambiente, el atuendo de las personas y el tiempo de exposición. Un buen sitio para probar esta larga exposición sería una plaza con un paso medio de personas a media  luz o usando un filtro de densidad neutra.
Desde la planta superior tenemos visión de la planta inferior y es muy fácil sacar fotografías en las que aumentándose un poco el tiempo de toma se vea la estela de algunas personas al desplazarse de aquí para allá. De idéntica forma un picado sobre su escalera roja mientras suben o bajan personas puede darnos resultados interesantes aparte de incrementar la sensación de altura y profundidad de dicha escalera.
Por otro lado, siempre podremos centrarnos en detalles puntuales, enmarcándolos de manera que queden aislados sin las personas de alrededor. Por ejemplo el trozo de alguna vitrina, una talla en la madera o el yeso pintado de otra zona. Casi nadie fotografiaba los bustos de varios escritores colocados sobre las estanterías. También es factible obtener buenas perspectivas de las estanterías y las obras que allí hay.

Mientras contemplaba el loco ir y venir de los visitantes bajé la vista y vi una foto. La parte superior de las estanterías de la planta baja terminaba en la baranda de madera de la parte superior. A través de esa baranda se apreciaban varios pares de piernas de aquí para allá o algunas piernas de alguien asomado a esa baranda. Me pareció curiosa la inmovilidad de los libros abajo frente a la actividad que se intuía arriba.

Después de escapar de la persecución que sufrí de un turista y su cámara, que debió pensar que yo sabía lo que hacía con la mía (me estuvo persiguiendo 15 minutos), vi otra foto que plasmaba bastante bien lo absurdo del comportamiento humano. En esa librería prácticamente todo el mundo estaba obsesionado con sacar su foto y no en buscar un libro. En esa baranda se me presentaban varias personas de distinta etnia con sus artilugios preparados para conseguir la preciada foto original e irrepetible. Tenia que hacer esa foto, sí o sí, ¡click!

¿A la búsqueda de la originalidad?

En definitiva, hay que entrenar más el ojo, analizar visualmente y disparar menos compulsivamente.
Ejercitad vuestra creatividad, os sorprenderéis con los resultados finales.

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