¿Mujeres Fotógrafas? Sí, Y Muy Buenas !

Basta de ignorar la realidad y démosle a la mujer el mérito, la autoría y la relevancia que deben tener sus obras.
¡Cuántas mujeres habrán quedado ocultas tras obras firmadas por un «Artista desconocido«.
Era una obligación para mi escribir algo al respecto después de que unos amigos que, aparte de ser unos artistas de la restauración (regentan el restaurante Betula Nana en mi ciudad), me sorprendieran regalándome un número de la revista trimestral Exit. En esta ocasión estaba centrada en la «Mirada de la Mujer Fotógrafa» y habiendo seguido la trayectoria de más de una de las fotógrafas nombradas en la publicación me encantó comprobar la calidad del trabajo de otras que no conocía y lo interesantes que fueron sus vidas.

Inge Morath – Autorretrato

En casi 200 años de fotografía muchas han sido las mujeres que han dado muestras de su modo de ver, de su mirada.
La sensibilidad de la mujer respecto a conceptos como soledad, maternidad, incomprensión, la urgencia del paso del tiempo es distinta a la del hombre.
No nos engañemos, vivimos en el mismo mundo pero observamos de distinta manera. Es inherente a nuestro género. La mujer entiende sus problemas, su ideal de belleza, sus temores, su lugar en el mundo de una manera propia.

Sally Mann – Su maravillosa obra estuvo cargada de polémica

Su sentido de la familia, de los sueños, de la vida y la muerte, del origen, del destino y de la historia son reflexionados desde otro punto de vista aportando imágenes que hablan de lo evidente y de lo que hay detrás, imágenes maduras de contenido.
Esta gran verdad se complementa con otra y es que lo que no ve la mujer lo ve el hombre y viceversa formando así el tandem perfecto.
Pero no por ser poseedoras de una especial sensibilidad dejan de enfrentarse con uñas y dientes a la lucha del fotógrafo de prensa por cojer su lugar o a situaciones de peligro extremo como reporteras en conflictos bélicos que a más de uno nos harían temblar las piernas.

Fotografía de Grete Stern (Sueños)

Dentro de la dificultad que la mujer siempre ha encontrado en sus incursiones artísticas, laborales y prácticamente de toda índole, la que tuvo en el mundo de la fotografía quizá no fuese la más traumática.
El mundo del arte era cosa hombres pero existe un matiz importante al respecto. La fotografía nunca se consideró «arte» con lo cual nunca hubo ese sentimiento de intrusismo por parte de la mujer.
Personajes de la cultura francesa del momento como Baudelaire y Lamartine eran detractores acérrimos de la fotografía argumentando que jamás podría igualar ni superar al arte pictórico.
Era un concepto nuevo y sin reglas. Se vio exclusivamente como un invento mecánico, útil para reproducir la realidad de manera científica. Ese carácter de no-rivalidad artística permitió a todo el mundo, sobre todo a la mujer adentrarse sin barreras en este nuevo campo por descubrir.
Pero por otro lado era innegable su utilidad para la reproducción objetiva de momentos históricos, era una gran fuente de información de lo que acontecía a lo largo del mundo, generando así un magnífico archivo cultural y social. Comenzó a proliferar el viajero fotógrafo, la mayoría hombres.
Las familias vieron la posibilidad de tener un retrato para la posteridad, algo sólo accesible hasta la fecha para la nobleza y alta burguesía. Proliferaron numerosos estudios fotográficos en la Europa más desarrollada y Estados Unidos aunque se extendieron rápido al resto de occidente.

Constance Talbot – La familia Talbot

Muchas fueron las mujeres que tomaron un primer contacto con la fotografía ayudando a sus maridos o personas cercanas de diversa índole. Ejemplo de ellas fueron Constance Talbot (1811-1880) esposa de William Henry Fox Talbot, Amalia López Cabrera (1838-1899) o Shima Ryuu (1823-1900). Otras se lanzaron de manera individual tales como Hilda Sjolin o Julia Shannon.
Todas ellas tuvieron el plus añadido de dificultad del volumen y peso de los equipos de la época. Hay que sumarle la tarea de impresión, difícil y lenta en aquellos tiempos. Al introducirse en este engorroso mundo las mujeres demostraron no querer ceder a la represión general sexista.
Las inquietudes fueron variando, pasando por el paisajismo y adentrándose en la fotografía social y de viajes.
Inicialmente pocas diferencias hubo para distinguir si la autoria de una foto era de una mujer o un hombre ya que ambos se centraban en presentar una imagen bien ejecutada técnicamente y fiel a la realidad.

Lady Clementina Hawarden – Retrato

Se repetían poses y las preferencias de los clientes se focalizaban en retratos familiares, de mujeres y niños y se usaban el mismo tipo de decoración y atrezo en casi todos los estudios. Sólo algunas se atrevieron a realizar una fotografía más pictorialista iniciándose este movimiento en Inglaterra con figuras como Clementina Hawarden (1822-1865) y Julia Margaret Cameron (1815-1879).

Este pionerismo quedó atrás cuando G. Eastman (otra página en español-castellano) inventó su cámara Kodak y revolucionó todo al poner en la mano de la clase media dispositivos más portables, pequeños y ligeros. Película en placas, en rollo, y marcas como Rolleiflex y posteriormente la mítica Leica de 35mm (página oficial Leica) dieron la posibilidad de hacer más llevadero el trabajo fotográfico y la mujer supo aprovecharlo.

La primera Leica de Oscar Barnack en 1925

Actualmente la fotografía conceptual, de autor, de firmas y diversos movimientos han sido el fértil campo de acción de infinidad de fotógrafas pero no hay que olvidar la capacidad de denuncia social y la lucha visual contra la opresión y el sometimiento que tuvo la fotógrafa en los primeros años. En aquellos momentos la mujer no disponía de la cantidad de medios que tenemos ahora para unirse en la adversidad, resistir e incluso ganar batallas. Actualmente todo queda al alcance de un «clic».

Cristina García Rodero, una mujer Magnum
La España oculta de García Rodero

No se puede nombrar a su totalidad pero hay que dejar constancia de alguna de ellas y animo a repasar sus trayectorias analizando su esencia, lo que las hizo grandes y las señaló como punto de referencia en el mundo de la imagen.
Tina Modotti, Hannah Höch, Lola Álvarez Bravo, Claude Cahun, Imogen Cunnigham, Lisette Model, Margaret Bourke White, Berenice Abbott, Dorothea Lange, Lee Miller, Leni Riefenstahl ( aquí podemos ver algo más de su obra), Diane Arbus, Helen Levitt, Inge Morath, Katy Horna, Francesca Woodman, Annie Leibovitz, Cindy Sherman, Graciela Iturbide, Nan Goldin, Sally Mann ( aquí otro reportaje buenísimo sobre ella), Cristina García Rodero (otra página con su impresionante obra), Virginia Woolf, Cristina de Middel, Grete Stern

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