
Esta etapa de confinamiento ocasionada por la pandemia del COVID-19 (Coronavirus) ha sido compleja para la mayoría de nosotros. Hemos sufrido la distancia con los nuestros y una «soledad» a la que no estábamos acostumbrados.
Nos ha hecho recordar a familiares y amigos mientras se atrofiaban nuestros músculos pero a su vez ha hecho que agudicemos otra parte de nuestros cuerpos… me refiero a la mente. Cualquier detalle alrededor se ha vuelto importante y ha servido de estímulo a nuestra imaginación.
Para los aficionados a la fotografía y para más de un profesional ha sido un reto y cualquier motivo nos ha servido para contar a nuestra manera lo que sentimos.
Por mi parte, hasta creí ver en un simple montón de lápices una reunión de amigos, algo que anteriormente consideraba de lo más rutinario del mundo y ahora me parece algo esencial y añorado. Os lo muestro en imágenes tal y como pasaron por mi cabeza.

En una reunión de amigos es muy difícil que todos piensen y vayan en tu misma dirección.

Es fácil que alguien intente destacar, que alguien esté en contra de la opinión del resto.

Hay amigos que no pudieron ir en esa ocasión, otros incluso parecen invisibles aunque estén ahí.

Y no tengamos la desdicha de que a todo el grupo le guste la misma chica, puede dar situaciones de lo más variopinto.

Pero si la amistad es sincera y verdadera, cada vez que os veáis haréis ese corro en el que agarrados de los hombros os reíais del mundo y os sentíais bien.
Todo es mejor con amigos.
