Lee Miller – Surrealista

La Térmica – Centro de Cultura Contemporánea -, ubicado en un edificio de la Diputación de Málaga en la Avda. de los Guindos 48, nos brinda la oportunidad de presenciar parte del difícil trabajo de una fotógrafa tan maravillosa como fue Lee Miller (1907-1977).
Hasta el 26.Febrero.2020.
Dividida en dos salas la primera nos enseña dos etapas, una parisina y otra de su vuelta a Nueva York aproximadamente 5 años después sobre el 1932.
Fue una neoyorquina de mente y corazón inquietos que cambió repetidas veces de residencia tanto por proyectos laborales como sentimentales. Una mujer liberal y dueña de su vida. La Vanguardia llega a definirla como un demonio con cara de ángel. Trabajó de modelo y fotógrafa para Vogue, codeándose con personajes de lo más sonado en el panorama artístico de la historia pero decidió pasar a estar al otro lado del objetivo. Siendo muy joven se hizo amiga íntima de Picasso al cual tomó más de 1100 fotografías, tal era su confianza. También se codeó con Miró, Ernst, Cocteau y todo el movimiento surrealista de la época. En aquellos momentos emparejada con el importante fotógrafo Man Ray logró desarrollar técnicas como la de la solarización, también llamado efecto Sabattier en el que se jugaba con un doble revelado de la imagen.

Retrato Solarizado – París, Francia 1932

Todos esos círculos sociales sumado a su espíritu viajero la hicieron una mujer con una mundología y concepción de la condición humana bastante abierta. Montó y desmontó estudios de moda y retrato allá donde quiso con gran éxito. El de Nueva York decide cerrarlo con solo dos años de funcionamiento y posteriormente se muda a El Cairo con su marido, el empresario Aziz Eloui Bey.
Sin descanso viaja por el país y también a Europa con quien será su segundo marido, otro artista llamado Roland Penrose.
La segunda sala comprende su etapa fotoperiodista durante la Segunda Guerra Mundial y los años hasta su muerte.
Justo antes del inicio de la guerra se moviliza a Londres donde como fotógrafa de Vogue documenta los bombardeos a la capital. Pero fue en el 1944 cuando toma la decisión que más marcaría su vida solicitando su acreditación al ejercito americano para acompañar a las tropas colaborando con el fotógrafo de las revistas Life y Time David E. Scherman. Vivió en primera persona el asedio a Saint-Malo, la liberación de París y la liberación de los campos de concentración de Dachau y Buchenwald siendo la primera mujer en entrar en ellos. Imágenes espeluznantes nos hacen emocionarnos, nos hace conscientes de la bajeza humana y del sentimiento de venganza que puede albergar cualquier persona que haya sido golpeada salvajemente y sin justificación en la vida.

Todo tipo de calamidades y miserias la dejarían marcada psicológicamente para siempre. Tanto es así que tras hacer algunos trabajos más para Vogue deja la fotografía para dedicarse a la cocina o al cultivo de su huerto en un ambiente más familiar, pero muy afectada recurriría incluso a la bebida intentando apaciguar los fantasmas de la guerra.
Lee Miller fallece en 1977 en Reino unido aquejada de un cáncer.
Hasta sus últimos días permaneció en activo regalándole a la sociedad exposiciones e imágenes dignas de nuestro reconocimiento y que nos hacen meditar.
Sólo queda decir «Gracias Lee Miller».

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