Fotografía Urbex – ¿Te gusta fotografiar lugares abandonados?

En nuestro interior todos tenemos una porción más o menos grande de espíritu explorador y aventurero.
¿A quién no le ha intrigado saber como sería ese antiguo palacete abandonado o si aquel cortijo deshabitado conservaría detalles de la vida que tuvo antes? Somos curiosos por naturaleza incluso cuando conlleve algo de riesgo.
Pasearse por cualquier lugar abandonado puede ser peligroso en varios aspectos, tendremos que mantener ciertas precauciones.
Algunas recomendaciones podrían ser estas:
– No ir solos y dejar dicho a alguien dónde estaremos y qué tiempo nos llevará antes de volver.
– Llevar una linterna para poder orientarnos y evitar tropiezos o caídas. También podría servirnos para pintar con luz alguna zona de la foto.
– Llevar agua. Nunca sobra.
– Estar atentos a derrumbes y caídas.
– Estar prevenido a la aparición de animales salvajes de dos y cuatro patas. Además, si el lugar ha sido frecuentado por animales es fácil que haya pulgas y otro tipo de parásitos que no te harán ningún bien.
– Usar ropa que no exponga directamente nuestra piel.
– Evitar cortes con superficies oxidadas o sucias, algo bastante habitual.

Casi nadie pide permiso para entrar en este tipo de lugares. Debemos ser conscientes de que lo que nos ocurra allí será prácticamente responsabilidad nuestra. Por tanto extrememos el cuidado y respetemos lo que encontremos. No forcemos los accesos ni destrocemos nada.
Respecto al equipo que mejor se adapta a este tipo de situaciones suele ser algo básico:
– Un gran angular luminoso.
– Varias baterías cargadas.
– Alguna tarjeta de memoria extra.
– Un flash y/o linternas para relleno si hiciera falta.
– Muy importante un trípode por la escasa luz reinante en estos lugares y aunque podríamos prescindir del trípode si usásemos el flash, la poca luz ambiente suele tener una magia especial.
– Accesorios de limpieza básica, es decir, toallitas y pera de soplar. Es inevitable que ensuciemos algo nuestro equipo en sitios tan dejados y polvorientos.
– Por último no olvidemos llevar un móvil por si ocurriese cualquier contratiempo.

Tras observar el lugar inicialmente y valorar sus posibilidades haremos la mayoría de las veces unas fotos en las que las texturas cobrarán mucha fuerza. Todo quedará envuelto en un halo de misterio, mezcla de soledad y ecos del pasado. Quizá la capa de suciedad y el deterioro generalizado den un tono bastante homogéneo a toda la escena pero basta que asomen por aquí o por allá detalles de color para que realcen la imagen y hagan que el ojo los busque automáticamente. En ocasiones encontraremos murales enormes de graffitis en fábricas y edificios abandonados en los que el color lo es todo.
También merecerán especial atención los detalles macro, por ejemplo el vaso en la mesa o estantería que alguien dejó allí como si fuese a volver a terminar su contenido. No es difícil encontrar el juguete del niño que ya no divertirá a nadie o el mueble de madera recia que sobrevivió a varias generaciones.
Hasta hoteles completos que nunca abrieron sus puertas para ofrecer la grandeza de sus proyectos ahora las abren para que nosotros podamos recrearnos en su imagen decadente.

Hotel abandonado junto al mirador de Vista do Rei – Isla de Sao Miguel, Islas Azores-Portugal

En mi provincia no abundan los lugares así y los que hay no son espectaculares pero ahí es donde nos toca a nosotros sacar adelante nuestra creatividad y control de la cámara.
De todas formas, siempre hay personas que se preocupan de estos detalles creando foros y portales donde informarnos de localizaciones por nuestra geografía. Un ejemplo podría ser Urbexspain, Urbexpain, Abandoned Spain, Lugares abandonados…y seguro que hay más. También podemos buscar en Instagram tags como #urbex #urbanexplorer y otros similares. Y otro método de búsqueda de lugares podría ser una buena charla con nuestros mayores, que nos olvidamos con bastante frecuencia de lo que han visto sus ojos y que aún conservan en la memoria para, a veces, hacernos más interesantes nuestros días.
Animaos a salir a ese lugar abandonado que siempre os intrigó y haced honor a la belleza que aún conserve o todo lo contrario. Muchas veces es la falta absoluta de belleza lo que consigue dejarnos absortos.

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