Fancy Vodka – Un Grupo Con Mucha Clase

Escuchar un buen concierto con familia o amigos es algo que todos deberíamos tener reservado en nuestra agenda más a menudo.

Domingo 24 de Febrero en Lemon Rock Granada. 

Como ya nos tienen acostumbrados, Lemon Rock nos permitió escuchar a uno de esos grupos del género pop rock alternativo que destacan por su calidad y madurez musical aunque la juventud de sus integrantes sea manifiesta.

Fancy Vodka, grupo granadino que desde Noviembre de 2015 deambula por los escenarios, habiendo sido premiados con bastante razón con el Primer premio en el I Concurso de bandas de The White Lighter Studios.

¿Quién lo compone?

          Nazario Guerrero (Voz, piano y composición)
          Álvaro Gutiérrez (Batería)
          Jaime López (Bajo)

Momentaneamente fueron acompañados por Elena Terrón, una chica de voz potente pero sensual.

Como suele ocurrir en esos días en los que sólo vas a disfrutar de la comida primero y de la música después, no andaba yo para nada preocupado de hacer ninguna foto. Pero el que uno lleve en la mochila siempre la cámara no ayuda, al final siempre escuchas el latido de su corazoncito que se altera conforme tú sientes algo que te estimula ( estamos conectados). Así que no te haces mucho de rogar y la sacas a que juegue, que se de una vuelta por así decirlo. que haga sus cositas como si de la mascota se tratase, que luego te tocará a ti recoger lo que haya hecho, jajaja!

No pienso hacer más larga esta entrada de hoy. Dejo un pase de diapositivas a continuación para el que tenga un minuto de vida que dedicarles.

La Caja De Música Abierta Por El Músico

Auditorio del Real Conservatorio Victoria Eugenia de Granada

Cuando piensas qué podrías encontrar en un conservatorio de música quizá te ocurra como a mi, imaginas una fila ordenada casi militarmente de alumnos encorsetados vestidos elegantemente que se dirigen a sus aulas puntualmente para una y otra vez hacer sonar sus impolutos instrumentos al ritmo que les marca un profesor de rasgos y caracter estirados y todo ello enmarcado en un centro que no distraiga la atención de dichos alumnos para que su mente no se relaje y se centren en la producción de notas musicales. Todo ello podía resultar interesante para realizar unas fotos.
En ese tropel de ideas andaba cuando casualmente, de la mano de un profesor del Real Conservatorio de Música de Granada pude ver una realidad bien distinta. El profesor en cuestión fue Rafael Cámara Martínez, persona que desmonta por completo esa imagen que tenía de profesor estirado. Ofreciéndose a mostrarme sus instalaciones de una manera «allegro ma non troppo» entramos en un edificio maravilloso del centro de la capital, concretamente en la calle San Jerónimo, de esos de los que ya hay pocos. El Palacio de los Marqueses de Caicedo. Sólo puedes sonreír y respirar al observar el patio central cargado de plantas que adornan la piedra, una fuente con rostros de cuento, tiestos de barro que te transportan a otra época y tranquilidad, mucha tranquilidad, debido en parte a ser fin de semana y haber menos afluencia de alumnos. Dejé las fotos del patio para el final por si me encontraba con algo menos evidente escondido en las profundidades del edificio.

Tras unas palabras con Miguel Ángel encargado del centro, persona de gran dedicación a su trabajo, Rafael comenzó a mostrarme la sencillez y funcionalidad de varias de sus salas, tanto de profesorado como varias aulas de ensayo, quizá un poco frías pensando en el tiempo que dedica cada músico a practicar con su instrumento. Me resultó especialmente gracioso comprobar que como en la Escuela de Artes y Oficios también de Granada sus pasillos están preparados para que los alumnos se distiendan hasta tomándose un café o incluso se calienten algo en un microondas.
Una biblioteca amplia ni grande ni pequeña que huele a libro viejo encierra partituras de otras épocas que esperan a que alguien las investigue para su proyecto o tesis. Al asomarte por cualquiera de sus ventanas te verás rodeado del skyline de tejas de los edificios aledaños, algo que siempre me ha encantado de mi ciudad.
Las aulas para nada recargadas sino todo lo contrario en las que lo más importante serán las indicaciones del profesor. Eso sí, bien aisladas del ruido exterior de la calle.
Pasillo arriba, pasillo abajo, escuchando las historias sobre el centro que relataba Rafael, ya me picaba la curiosidad de si coincidiría que viésemos a alguno de los famosos fantasmas de la casa haciendo de las suyas, tocando las teclas de algún piano de los muchos que hay o cruzándose como formas difusas en el pasillo. No tuvimos esa «suerte» y no tuvimos contacto con lo paranormal de manera consciente.

El ambiente estudiantil también me sorprendió. Gente sencilla abierta y desenfadada que pedían su espacio para su ensayo y practicaban su arte durante un buen rato. Se les escuchaba al pasar cerca de la puerta de cada aula. En un día normal de diario podrá resultar una jaula de grillos, imagino, pero un sábado resultaban bastante bonitas esas notas sueltas que provenían de sitios indeterminados.

Un piano por aquí y otro por allá de los que si fui sacando alguna foto salpicaban cada rincón. En este punto Rafael me señaló una pieza a la que le tenía cierta reverencia de un fabricante alemán –C. Bechstein– incluso me habló del momentazo en el que se le dio el estreno por parte de la pianista brasileña Ofelia do Nascimento. ¡Qué obra de arte es un piano como objeto en sí!
El plato fuerte fue cuando pude comprobar lo bien que suena un piano a manos del que estaba siendo mi guía en el Conservatorio. Un auditorio vacío que se llenó de notas improvisadas de manera magistral mientras yo sufría subiendo ISO por la falta de luz para intentar plasmar el momento. A una o a dos manos le sugirió al piano que contara su melodía, la que tenía que contar en ese momento y me encantó. ¡Bravo Rafael!

Tuvimos que dejar la visita por la hora que era pero me fui contento de haber comprobado el fruto de la dedicación y la constancia que supone dedicarse a ese arte que es la MÚSICA, en negrita y con mayúsculas. Muchas gracias Sr. D. Rafael Cámara Martínez, es usted un maestro.

¡A Por Los Goya!

Entrevista de Miguel Oriol a Rafael Ruíz para LemonGSD en Lemon Rock Bar & Hostel
31-01-2019

Gracias a la perseverancia de las personas cuando emprenden un proyecto se logra llegar a un final feliz. Es el caso de Rafael Ruíz, director granadino que contra viento y marea sacó adelante su película «Azahar». Sin apenas apoyos económicos y perseverando y moviéndose durante una década ha conseguido meterse nada más y nada menos que en los Premios Goya. Película animada de la productora Granada Film Factory en la que se nos narra la Leyenda de la Peña de los Enamorados de Antequera. Una película que con su argumento nos presenta la relación de amistad sin barreras entre varias culturas.
Confiemos en que obtenga el merecido galardón.
Como nota curiosa y crítica, hay que notar que la película se estrenará primero en Miami. Lástima que no le demos la importancia que tiene a la cultura en este país.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad