
A menudo surge la misma conversación con distintas personas, «sabiendo el poco tiempo del que dispones…, ¿por qué haces fotos?,¿cómo consigues encontrar un hueco para coger la cámara?, ¿acaso vendes tus fotografías?»
La primera respuesta suele ser…
"Yo hago fotos por el placer de hacerlas"
Mi trabajo a jornada partida no es el mejor maridaje para una actividad como la fotografía.
Salir a realizar fotografía nocturna como vía láctea o circumpolares puede afectar a tu rendimiento el día después.
Pasear con tu cámara las horas del mediodía tampoco es el momento más idílico de este mundillo.
El fin de semana se te agolpan un montón de tareas pendientes y las vacaciones sólo son un mes al año.
Pero como se suele decir…sarna con gusto no pica.
Necesito hacer fotos
Y respecto a si vendo lo que hago no voy a mentir diciendo que la respuesta sea un «No»
Vender tus fotos es una gran satisfacción personal y hacerlo deja un regustillo dulce interesante pero no es una prioridad en mi.
La vida no tiene desperdicio y cada momento merece ser guardado en la memoria. Este es un lugar donde guardar lo que vieron mis ojos y disfrutaron mis sentidos.
